* El senador Emilio Álvarez Icaza aseguró que “los insultos demeritan a quien los emite” en respuesta a los calificativos de rateros, hipócritas, traidores, racistas y cretinos, que vertió el presidente desde la conferencia mañanera
Por Christian Daza
Ciudad de México, 09-nov-2022 (Agencia Parlamento y Debate).- El senador Emilio Álvarez Icaza aseguró que “los insultos demeritan a quien los emite”, ello, en respuesta a los calificativos de rateros, hipócritas, traidores, racistas y cretinos, que vertió el presidente Andrés Manuel López Obrador contra los asistentes y organizadores a la manifestación en defensa del INE.
Añadió que dichos insultos no son dignos de la investidura presidencial y el presidente no requiere hacer eso para mostrar sus diferencias.
“Faltar a respeto a las y los gobernados no es una regla de la democracia. Ojalá el presidente se serene, se tranquilice y abandone la política de los insultos. El ejercicio de los derechos no está a su consideración, lo único que él tiene que hacer es respetarlos”, señalo el senador del Grupo Plural.
Entrevistado por Parlamento y Debate, Álvarez Icaza agregó que el presidente está acostumbrado a los aplausos, no le gusta la expresión ciudadana en contra de sus proyectos y más bien debe entender lo que es la normalidad democrática. “Más bien veo una expresión de temor a esta manifestación de rechazo, pero sobre todo una manifestación de indignidad”, añadió.
Un comentario
Nací en el último año del Gobierno del Presidente Ruiz Cortines, he visto y vivido la creación y beneficio de grandes instituciones en México a partir del esfuerzo de nuestros padres y abuelos. He trabajado por México desde la docencia. He vivido los mejores años de progreso de nuestro país. A las personas mayores nos entristece más; ver que las nuevas generaciones ya no disfrutarán de la paz y grandeza del México que vivimos nosotros. A pesar de múltiples crisis de inflación y devaluación, nuestras libertades jamás fueron trastocadas y se podía disfrutar la inmensidad de nuestro país en calma. En suma: mi generación ha visto cosas buenas, adversas, tragedias, glorias y derrotas; pero nunca, nunca habíamos visto desintegrar ante nuestros propios ojos las instituciones que ayudamos a forjar. Jamás imaginamos que a nosotros que con el trabajo, esfuerzo y tesón de nuestra generación y la de nuestros padres y abuelos que dimos lo mejor de nosotros que fue nuestro tiempo y dedicación para labrar y hacer crecer a nuestro país se nos humille y ataque. Hoy vemos con azoro que se nos insulta y difama por parte de un Presidente en funciones desde la más alta palestra del país. Sigamos defendiendo nuestras instituciones por la memoria de nuestros padres y abuelos pioneros de grandes instituciones y por el bien de los jóvenes y las generaciones venideras.