Columna

Café con Adorno

Por Raúl Adorno Jiménez

Gana la democracia a la guerra sucia

 * La democracia, la participación masiva de la gente calló bocas de los agoreros del desastre que incluso un día antes promovían en redes sociales una supuesta asonada militar en contra del gobierno

Agencia Parlamento y Debate.- El pasado 2 de junio ganó la democracia, la propuesta y los compromisos, frente a la mentira, la denostación y la guerra sucia. De nada sirvió la altanería de Xóchitl Gálvez que presumía que tenía contra las cuerdas a Claudia Sheinbaum, mientras sus enanos se achicaban cada vez más, es decir, los partidos políticos que la apoyaban se desmoronaban a pedazos, hundidos en su propia mediocridad y la desconfianza que despertaban con tan solo nombrarlos: PRI, PAN y PRD.

De nada sirvió que una sarta de intelectuales que antes criticaron al sistema prianista, hoy llamaban a votar por esos partidos tan desprestigiados que terminaron embarrándolos y arrastrándolos a ellos mismos, nostálgicos de los apapachos que recibieron por años de los gobiernos denominados neoliberales, convirtiéndolos en una mafia que movía a su antojo la vida académica y cultural del país.

La democracia, la participación masiva de la gente calló bocas de los agoreros del desastre que incluso un día antes promovían en redes sociales una supuesta asonada militar en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que de inmediato salieron a desmentir los voceros de las fuerzas armadas.

Aunque la realidad, es que esos rumores difundidos en la redes sociales tenían como propósito generar miedo entre la población para inhibir la participación del electorado, que al hacer largas filas en las casillas para emitir su voto, simplemente le dijeron NO a los ataques que pretendían demeritar nuestra democracia.

La gente votó y en su mayoría le dio su confianza a Morena para que gobierne al país otros seis años, con una administración pública que encabezará Claudia Sheinbaum, que siendo mujer preparada, científica, académica y política de izquierda tendrá el enorme reto de superar para bien, al caudillo de su movimiento, para ejercer el poder, ciertamente con las bases que deja Andrés Manuel López Obrador cuyo lema enarbola la morenista de que por el bien de todos, primero los pobres, aunque ella le tendrá que dar su propio matiz y su propio estilo de gobernar.

Llamó la atención que en su discurso del triunfo, Sheinbaum dejó muy claro que gobernará para todos, sin excluir a aquellos que no comparten su proyecto, concibiendo un México plural, diverso y democrático. “Aunque muchas mexicanas y mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz y en armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero”, dijo la morenista.

El discurso abre la puerta para el diálogo y la negociación política para la oposición luego de quedar tan magullada, pero habrá que preguntarse si la oposición estará dispuesta a extenderle la mano a Sheinbaum, pues Xóchitl sufre el síndrome de la Chimoltrufia que como dice una cosa, dice otra, porque antes de que se dieran los resultados preliminares por parte del INE, la hidalguense soltó en sus redes sociales una serie de bravuconadas para que supuestamente la población no se dejara robar su voto.

Después al darse a conocer los resultados, Gálvez no tuvo más remedio que reconocer su derrota e incluso llamar a Claudia Sheinbaum para felicitarle por su triunfo, para después amenazar con aquello de que “esto no terminará aquí”, anunciando que impugnará las elecciones por la presunta intervención de la delincuencia organizada y de todo el aparato del Estado para hacer ganar a su candidata.

Habrá que preguntarse si todos aquellos que vencieron el miedo para salir a votar masivamente, no obstante la ola de crímenes desatada posiblemente con el propósito de inhibir a la población para que no acudiera a las urnas; a esos que finalmente salieron a las calles a participar en los comicios, estarán de acuerdo con la pretensión de Xóchitl Gálvez de manchar unas elecciones tan concurridas.

Además, Xóchitl seguirá sufriendo las losas que representan cargar en sus espaldas al PRI y el PAN, partidos tan desprestigiados que ya nadie o muy pocos les creen, por lo que iniciar una batalla jurídica en contra de los resultados podría ser más perjudicial, no para esos institutos ya de por su tan denostados, sino para la propia hidalguense que pondría en riesgo su propio autoridad moral y dignidad al hacer una apuesta que de antemano tiene perdida, porque el pueblo ya decidió masivamente a quién quiere como presidenta de México.

Aunque no hay que dejar de lado a un poder judicial siempre tan presto para tomar en sus manos las quejas de la oposición y en una de esas, pretenda convertirse en el gran elector, y desconocer el voto de millones de ciudadanos que acudieron a las urnas a emitir su voto y lo hizo, pese a quien le pese, a favor de Morena y particularmente de Claudia Sheinbaum.

El Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) otra vez se verán en la encrucijada de abordar las impugnaciones del prian, pese a que la evidencia del voto masivo, deja desarmado cualquier intento de promover el golpe técnico de Estado en contra de los resultados que le dieron el triunfo a Sheinbaum y a la Cuarta Transformación.

Tampoco podemos descartar que la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, pretenda meter las manos para ensuciar las elecciones, lo que sin duda aumentaría todavía más su descrédito, pues tendría que enfrentar el juicio de millones de mexicanos y mexicanas que salieron a votar el pasado 2 de junio.