* Bajo una perspectiva de la austeridad neoliberal se disminuyó el presupuesto asignado a la salud, la educación y la protección social y durante ese periodo y en dicho periodo no se observó un combate eficaz a la corrupción, a la evasión y elusión fiscal
Por Senador Gabriel García Hernández
Ciudad de México, 03-dic-2023 (Agencia Parlamento y Debate).- Desde hace algunos años, Latinoamérica avanza hacia la izquierda. Países como Chile, Ecuador, Colombia, Bolivia, Brasil y México hemos optado por mantenernos en un rumbo progresista y con voluntad de transformación social. Sin embargo, hace poco más de una semana, Argentina ha rechazado unirse al bloque latinoamericano que prefiere los programas sociales, el cuidado del medio ambiente, la salud pública, la educación pública, la recuperación de la soberanía energética y el fortalecimiento de las instituciones públicas.
Preocupa que una ciudadanía lastimada y quizá defraudada haya votado por propuestas que parecen rebasadas e incluso contrarias a la ley, como la venta de órganos. El virtual presidente de Argentina ganó las elecciones siendo disruptivo, con argumentos a favor de olvidar el pasado y minimizar los crímenes del régimen dictatorial que desapareció a millones de personas en dicho país. Ganó con propuestas de extrema derecha que solo vulneran los derechos sociales de la ciudadanía argentina y a través de fundamentalismos de una economía neoliberal.
En México, tuvimos nuestra propia y larga experiencia neoliberal que únicamente empobreció y vulneró los derechos humanos de las y los mexicanos. El Dr. M. Alejandro Arellano Morales asegura que durante este periodo se aplicaron programas de ajuste estructural promovidos por organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Estos programas consistieron en la canalización de recursos financieros a los gobiernos neoliberales en turno para cumplir con el pago de la deuda externa y los costos financieros de la misma, condicionando el flujo de recursos a la aplicación de una serie de medidas de política económica que impactaron negativamente en las políticas de desarrollo social en el país.
Es decir, bajo una perspectiva de austeridad neoliberal, se disminuyó el presupuesto asignado a la salud, la educación, la protección social, entre otros rubros. Además, no hubo una reducción de elevados sueldos, prestaciones y gastos superfluos de la alta burocracia. Asimismo, no se observó un combate eficaz a la corrupción, a la evasión y elusión fiscal. Conforme a la «Austeridad Neoliberal», se eximió a los gobiernos de su responsabilidad para financiar proyectos estratégicos de infraestructura, combatir la pobreza y la desigualdad social, así como restringir el incremento anual a los salarios de los trabajadores.
Con la adopción de una nueva filosofía denominada el «Humanismo Mexicano», se implementa una nueva gestión de la administración pública regida por el principio de «Austeridad Republicana». A través de este principio, se busca evitar despilfarros y gastos suntuarios de la alta burocracia a costa del erario público. Además, se visibiliza la importancia de no dejar a nadie atrás, procurando el bienestar mediante programas sociales y obras de infraestructura con un gasto prudente y eficaz del presupuesto. Con esto, se pretende beneficiar a los sectores más vulnerables de la población mediante un nuevo enfoque de la política de desarrollo, incluso llevándolos a rango constitucional para que exista una verdadera continuidad, independientemente de la corriente o ideología que asuma el cargo.
México conoce en carne propia lo que significó el periodo neoliberal y es de este pensamiento que resultaba tan sustancial que en Latinoamérica se conformara un bloque progresista y de izquierda. De ahí que el concepto de «Austeridad Republicana» retome tanta importancia, pues está asociado con la construcción del nuevo paradigma de la economía moral. En palabras de nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador: «(…) son las claves del nuevo pacto social y del modelo de desarrollo para el México que está renaciendo tras la larga y oscura noche del neoliberalismo» (López Obrador, 2019).
El arribo de la extrema derecha a un país como Argentina es una lección para esta izquierda mexicana que ansía la igualdad social. Es un llamado a la humildad para no perder el rumbo hacia la construcción del Segundo Piso de la Cuarta Transformación y un incentivo para demostrar con hechos que vamos por buen camino. Tendremos que estar muy unidos y trabajar por México para evitar que personajes oscuros, extravagantes y retrógrados quieran llegar a negar lo que tanto trabajo nos ha costado en este movimiento.