* Al anunciar que se sumará, en su momento, a la actual Jefa de Gobierno en sus aspiraciones por la candidatura presidencial, Jorge Gaviño recriminó que en la alianza «Va por México», que dirige el activista Claudio X. González, existe una cerrazón para los verdaderos militantes de izquierda, y librepensadores, y han hecho a un lado al PRD, a quienes no les dejan proponer candidatos
Por J. Adalberto Villasana
Ciudad de México, 01-jun-2023 (Agencia Parlamento y Debate).- Es más fácil obtener un sí o un no, o un cómo sí, con claridad, de Claudia Sheinbaum que con aquellos que se dicen aliados pero privilegian sus intereses, acusa el diputado Jorge Gaviño Ambriz, al anunciar que se sumará a la campaña presidencial de la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Y agrega: cuando la sociedad clama a los partidos que se abran a los reclamos, los dirigentes opositores se cierran, ponen candados para que participe la ciudadanía, se aferran, se pelean entre sí y no pueden formular propuestas alternativas.
“Hoy, por ejemplo, en la ‘mal llamada Alianza’, a los militantes de izquierda y progresistas, liberales y librepensadores, sólo se nos presentan opciones de candidatos de derecha, sin tener una posibilidad realista de que el PRD pueda presentar sus propios candidatos o incidir en el proceso… Vaya, ni proponer perfiles, limitándonos a ser meros testigos y porros (por aquello de las porras)», explicó.
La realidad se impone en la supuesta Alianza. La realidad avasalló. Solamente dos personajes son considerados con verdaderas posibilidades: un hombre, cuyo mayor logro es haber promocionado los casinos y casi desaparecer a la Lotería Nacional; y una mujer, émula del partido VOX español, que ha dicho abiertamente representar la agenda y los intereses más conservadores de la derecha, triste realidad para una alianza con la izquierda, argumenta el diputado Gaviño Ambriz.
En conferencia de prensa, dijo: queremos que Claudia Sheinbaum encabece la siguiente etapa de los cambios que vive nuestro país; estoy muy motivado para formar parte de este proceso colectivo, amplio e incluyente y he venido a explicar mis razones.
Lo explicó: el accidente de la línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro ha sido una de las experiencias más graves y traumáticas en la Ciudad de México, después de los sismos de los 19 de septiembre de 1985 y 2017.
Actores políticos que tuvieron funciones públicas y de decisión, en distintos momentos de la línea del tiempo, intentaron eludir y transferir responsabilidades. Intentaron a toda costa patear balones fuera de la cancha, zafarse, escaquearse de asumir su responsabilidad política (el “yo no fui, fue Teté”), dijo.
“En mi encuentro con la Jefa de Gobierno para hablar de este terrible accidente me encontré, quiero decirlo con claridad, con una mujer, con una gobernante sensible que, a todas luces, priorizó la atención a las víctimas, la reparación del daño, la indagación sobre las causales técnicas del accidente para restaurar el funcionamiento de esa infraestructura, alguien con capacidad de escuchar y que no sólo no intentó esquivar el golpe, sino que puso de inmediato el foco en la gente”.
En Línea 12 del Metro acusa construcción deficiente y no falta de mantenimiento
En un momento crítico y trágico de la historia de la ciudad, donde varios actores intentaron aprovechar la crisis con fines políticos buscando culpables a conveniencia. Digámoslo claro, la Línea 12, en la mitad del tramo elevado, tuvo graves problemas de diseño, de construcción y de supervisión. El mantenimiento poco puede tener qué ver en una obra que debió haber sido diseñada para durar cien años, y que se colapsó en 7 años de uso.
Narró: La primera vez que hablé sin intermediarios con Claudia Sheinbaum sobre este tema, encontré a alguien que sabe escuchar, tomar su propia perspectiva de análisis y convertirla en decisiones estratégicas de beneficio colectivo.
He tratado con muchos políticos y gobernantes y a una parte importante de ellos se les olvida precisamente eso: el interés colectivo sobre las ambiciones personales, el bien común, el fin superior de la política. No es su caso, dijo Gaviño Ambriz.