Columna
Café con Adorno
Por Raúl Adorno Jiménez
Otra vez pierde Xóchitl en el debate, según encuestas
* Parece que la xochilteca nunca entendió que vociferar con gritos, sombrerazos, especulaciones y mentiras, es decir, con guerra sucia, no le dieron los resultados a los que aspiraba, porque su actitud pendenciera y grosera la acercan más a la imagen que todos conocimos del vaquero Vicente Fox y que nos dejó un mal sabor de boca a la mayoría de los mexicanos
Agencia Parlamento y Debate.- Después del tercero y último debate entre los presidenciables, mi impresión es que fue más de lo mismo, pues la candidata del PRIAN y los residuos del PRD, Xóchitl Gálvez, se dedicó a atacar a la candidata de Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, sin que significara nada para ninguna, pues en encuestas publicadas, entre otros medios, en El Universal, El País y la Razón, establecieron como ganadora a la morenista con alrededor de 20 puntos porcentuales de ventaja.
Parece que la xochilteca nunca entendió que vociferar con gritos, sombrerazos, especulaciones y mentiras, es decir, con guerra sucia, no le dieron los resultados a los que aspiraba, porque su actitud pendenciera y grosera la acercan más a la imagen que todos conocimos del vaquero Vicente Fox y que nos dejó un mal sabor de boca a la mayoría de los mexicanos.
Y todavía peor, al dedicarse a atacar a Sheinbaum, la señora X se olvidó de dar propuestas y por si fuera poco, la única propuesta tangible, es la defensa de los programas sociales impulsados por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, pues una y otra vez, afirma Xóchitl, que los programas no se van, que incluso los va a mejorar al bajar la pensión para adultos mayores de 65 a 60 años, que en voz de la derecha suena a demagogia.
Actualmente los adultos mayores de 65 años en adelante, reciben 6 mil pesos bimestrales y de acuerdo a la ley vigente, cada año tendrían que subir por encima de la inflación. Habría que preguntarse si los del PAN y PRI estarían dispuestos a sostener este programa y sus incrementos, si de los sexenios de Vicente Fox, hasta Enrique Peña Nieto, apenas se repartían mil 200 pesos bimestrales.
Está claro que las encuestas siguen favoreciendo a Claudia Sheinbaum, quien cuenta con un activo muy importante que es el propio presidente López Obrador, el cual les guste o no, será unos de los mandatarios que dejará el poder con niveles de aceptación muy altos. Por ello, ante las críticas de que Sheinbaum replicará las políticas obradoristas, no le causan ninguna mella, por el contrario, la fortalecen en su camino hacia la Presidencia de la República.
A poco menos de dos semanas de las elecciones, pareciera inminente el triunfo de Sheinbaum el próximo 2 de junio, día fundamental para nuestra democracia, pues de ello dependerá que la democracia no se quede sólo en los resultados de unas elecciones, sino en la profundización de la mejoría para la mayoría de los mexicanos, porque por primera vez en los últimos 30 años, podemos aspirar a una sociedad más equitativa e igualitaria, con una distribución del presupuesto que si bien impulsa el desarrollo de infraestructura y la modernidad, también llega de manera directa y sin intermediarios a los bolsillos de más de 25 millones de mexicanos.
Pero los programas sociales no son la única palanca que ayudó a millones de mexicanos a mejorar su calidad de vida, sino también habría que sumar los incrementos salariales históricos que se dieron durante todo este sexenio, lo que arroja datos interesantes, como lo es la tendencia decreciente de la pobreza laboral en México, que según estimaciones oficiales por parte del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval), significó que 5 millones de personas dejaron la pobreza laboral entre 2018 y 2023.
No podemos ignorar la enorme movilización que se dio en el Zócalo de la Ciudad de México y en otras entidades del país por la llamada marea rosa, compuesta básicamente por una clase media dolida y maltrecha que apabulló con sus dichos el propio López Obrador al calificarlos de aspiracionistas e individualistas, que muy probablemente emita un voto de castigo, aunque en ello haya que sufragar por el PRI y el PAN, sin descontar alguno que otro despistado que vote por lo que queda del PRD.
A este sector de la población no se le debe olvidar el país en ruinas que nos dejaron PRI Y PAN durante sus mandatos presidenciales, de tal manera que el enojo que pudieran generar los dichos de AMLO no pueden estar por encima de lo que significaron sexenios y sexenios que sólo sirvieron para enriquecer a unos cuantos, mientras crecía la exclusión y pobreza entre las mayoría de los mexicanos.
Sin lugar a dudas, cualquiera tenemos el derecho de aspirar a mejorar nuestra economía y calidad de vida, pero lo que no se debe olvidar es que se debe trascender la ideología impulsada desde el neoliberalismo de que quien sólo importa es uno mismo, sin importar los demás.
Hay que tener claro que la mejoría individual no sirve de mucho, si al mismo tiempo no hay en desarrollo social que abra las oportunidades y establezca las políticas públicas que permitan a más individuos y a la mayoría de la comunidad tener las condiciones para hacer realidad dichas aspiraciones.
Café con Adorno, por Raúl Adorno Jiménez: Se muerde la lengua Xóchitl al hablar de la mentira