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García Luna; condena a políticos y periodistas

Columna

Que no le digan… 

Por Mario A. Medina


García Luna; condena a políticos y periodistas


Mario A. Medina Que no le digan
Mario A. Medina Que no le digan

 

Agencia Parlamento y Debate.- La sentencia contra Genaro García Luna (GGL) por poco más de 38 años de prisión, va más allá de un veredicto a un personaje, siniestro, tétrico, oscuro; es un sentencia también a un sexenio, a un partido político, a un expresidente que huyó a España con la protección de la derecha más rancia de la nación ibérica, y arropado aquí por un cártel de comunicadores

 

La sentencia deber ser entendida también en contra de aquellos que con su silencio cómplice callaron o quienes con sus plumas o sus montajes en vivo en la televisión, salían negar las acusaciones contra el funcionario más poderoso y temido del calderonato, inclusive en el siguiente sexenio.

 

Felipe Calderón (FC) una y otra vez mintió de que él no sabía de las andanzas de su súper secretario; buscó desmarcarse de él y casi casi, besando la cruz de su diestra decía: «se los juro que a ese güey ni lo conozco».

 

Hoy tras la sentencia, Calderón ha publicado en su cuenta de X: «Nunca tuve evidencia verificable que lo involucrara con actividades ilícitas (…) ni de agencias de inteligencia mexicanas o extranjeras». Con esta aseveración , sin darse cuenta, da a entender que entonces sí sabía. Vuelve a mentir cínicamente.

 

No fue uno, no fueron dos, no fueron tres quienes han declarado que FC sabía lo de GGL y, por lo mismo, existe la sospecha de que el expresidente panista era beneficiario del gran negocio que fue la protección desde su gobierno al crimen organizado, y no sólo al Cártel de Sinaloa.

 

La misma embajadora estadunidense en México (2016-2018), Roberta Jacobson dijo en una entrevista con la revista Proceso que  «el gobierno de Felipe Calderón tenía en su poder la información sobre los nexos de GGL con el narcotráfico cuando éste fungía como titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP)» y que negarlo era, al menos, «inocente».

 

En noviembre de 2018 el hermano de “El Mayo» Zambada,   aseguró que él «entregó tres millones de dólares a funcionarios del Gobierno de  (Vicente) Fox, a través del entonces titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), GGL, para que se nombrara a Norberto Vigueras Beltrán como jefe regional de la AFI en Culiacán, Sinaloa, quien ya estaba “comprado”. (Infobae 13 mayo 2020).

 

En 2007, el subsecretario de la Defensa Nacional Tomás Ángeles Dauahare  alertó a Felipe Calderón que el secretario de Seguridad Pública estaba relacionado con el crimen organizado. En el documental Guerra Híbrida de Daniel Marmolejo, en 2020, el militar destacó que le informó de esta situación. Sin embargo, Calderón y su gobierno acusaron al militar de asociación delictuosa y lo encerraron en el penal del Altiplano por 11 meses.

 

El periodista Álvaro Delgado publicó: «No solamente lo sabía Felipe Calderón. También lo supieron su antecesor en la presidencia, Vicente Fox; el titular de la PGR en el sexenio foxista, Rafael Macedo de la Concha, y su sucesor Daniel Cabeza de Vaca; lo sabían el ya fallecido titular de la SIEDO José Luis Santiago Vasconcelos y el secretario de la Defensa Guillermo Galván. También lo supieron Eduardo Medina Mora, procurador de Calderón, el subprocurador Juan de Dios Castro y su secretario particular, César Nava, entre otros muchos».

 

A pesar del cúmulo de evidencias y advertencias, muchas de estas, publicas, los dos presidentes panistas protegieron a García Luna. Cuando en febrero de 2023, el «súper policía» fue condenado por narcotráfico y delincuencia organizada en Estados Unidos, Vicente Fox declaró que García Luna «hizo muy buen trabajo» y que su condena era producto de “puros testigos contratados”, que había sido «un juicio un poco raro”.

 

Otros tantos lo sabía y se los dijeron al michoacano. Javier Herrera Valles, Jefe de la Policía en tiempos de Calderón, dijo a SinEmbargo  que tanto Felipe Calderón como Vicente Fox “compartieron sus fechorías, fueron socios en el narcotráfico» y que le informó a FC de «la compra de vehículos y la contratación de personal vinculado a la delincuencia organizada por parte de colaboradores cercanos a GGL. En represalia,   fue encarcelado tres años y nueve meses; finalmente fue absuelto de todos los cargos salió libre  el 6 de septiembre de 2012

 

Incluso hasta el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar, personalmente le hizo saber a Calderón las «corruptelas» de García Luna y por ello, el prelado  tuvo que «pagar un costo político», según denunció.

Margarita Zavala, esposa de FC dijo, para lipiar la imagen de su marido, desde le tribuna de la Cámara de Diputados, en la legislatura que recién terminó,:  «fue  un gobierno valiente que enfrentó al crimen organizado, (…) donde  no hubo pacto con criminal alguno».

 

Igual que Fox y Calderón, «líderes de opinión», sabían de los nexos de García Luna, particularmente con el Cártel de Sinaloa; sin embargo, en sus trabajos periodísticos se referían al «súper secretario» como «víctima» y cuando fue condenado, aseguraban de que no había pruebas que lo incriminaran.

 

Son los mismos que se les pudo ver en fotografías, y no solamente cuando López Obrador, en una mañanera, exhibió las imágenes de los comunicadores con GL. Las presumían como trofeos. Se les puede ver sonrientes, como camaradas: Carlos Loret, Carlos Marín, Joaquín López Dóriga.

 

Y aun que lo negó tres veces, haberse reunido a desayunar con GGL, Ciro Gómez Leyva fue exhibido en miles y miles de reproducciones en su noticiero «Por la Mañana» de Grupo Fórmula, donde, dirigiéndose a GGL, le decía a éste que  un par de veces estuvo con él en la AFI, y un par de veces «cuando me invitaste a enseñarme unos documentos, a tomar un café».

 

Podrán decir que esto es parte del ejercicio periodístico, sí. Podemos conceder. Lo que siempre llamó la atención fue la argumentación en sus artículos y columnas en defensa de GL. Entre éstos se encuentran Raymundo Rivapalacio, quien dedicó un sinúmero de sus entregas para encubrir a GL, para justificarlo, inclusive hacerlo pasar como «víctima» del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

 

En su cuenta de X el 10 de mayo pasado, Rivapalacio escribió: «Genaro García Luna no tenía investigaciones previas en Estados Unidos, como sí existen en contra de @lopezobrador_, por lo que no debe equivocarse, pues el hashtag #NarcoPresidente es lo menos grave que tiene enfrente». En sus líneas argumentativas siempre arropaba a GL, tratando de distraer la atención a otro lado.

 

Jesús Lemus a quien GL lo llevó también a la cárcel (2008 -2011) derivado de su trabajo periodístico por denunciar sus fechorías, ha señalado a otros quienes fueron coordinadores de Comunicación Social de Felipe Calderón: Max Cortazar y Alejandra Sota. Los ha calificado de cometer «delitos sociales», por contribuir a engañar a la población a través de las plumas de ciertos comunicadores.

 

María Amparo Casar, en el programa Primer Plano de canal 11 del IPN llegó a asegurar que GL «cometió un delito menor, de falsedad de declaraciones, por lo que podría salir caminando de la corte de distrito este de Nueva York», aseveró muy ufana.

 

Todos ellos y ellas encubrieron a GL, lo exhoneraron; buscaron de todas las formas hacerlo pasar como víctima.

 

Olga Wornat, la periodista argentina, en su libro «Felipe el oscuro» escrito entre 2011 y 2012, material  archivado «durante años tras recibir múltiples amenazas del gobierno calderonista hacia ella , (y) su familia.  Destaca ahí, que en el gobierno de FC «se pactaban acuerdos con los capos para que operaran a su gusto la red de drogas, armas y poder», y que en 2008,  desde la embajada de EU en México, se enviaban cables a Washington acerca de la opacidad en la SSPC y los nexos de GGL y sus cercanos con el narcotráfico.

a sentencia por más de 38 años contra Genaro García Luna, es producto de la colusión entre el poder político y el narcotráfico en el gobierno de Felipe Calderón; una concertación entre súper policía y un «cártel», el  periodístico, que callaba, aplaudía y encubría al «amigo, asesor, confidente y mano derecha  de FC».

 

Que no le cuenten…

 

Interesante ver cómo muchos comunicadores que antes recibían «apapachos» de Genaro García Luna, guardan silencio; otros, hay quen reconocerles, salen a seguir jugando su papel de amigos de GL.  Ciro, Loret, Marín, Jorge Fernández y otros,  replican lo mismo: «fue condenado sin ninguna prueba»; evitan a propósito, desde luego, todos los señalamientos de funcionarios, amigos, periodistas, incluso clérigos, que le informaron a Calderón de las andanzas de GGL y que no necesariamente declararon frente al juez Brian Cogan, quien le dijo a GGL: «usted es peor que «El Chapo Guzmán».

 

 

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