Columna
Café con Adorno
Por Raúl Adorno Jiménez
Claudia Sheinbaum primera Presidenta de México
Agencia Parlamento y Debate.- No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, así que después de varios meses de vertiginosas giras compartidas con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, la primera mujer presidenta, con A, como ella misma lo dice, Claudia Sheinbaum tomó protesta como mandataria de los Estados Unidos Mexicanos.
Unidos es la palabra clave para los mexicanos, por ello la mandataria dejó claro que como madre, abuela, científica, pero ahora, como presidenta de México, refrendó su compromiso de gobernar para todas y todos, bajo los principios del Humanismo Mexicano que serán base en la construcción del Segundo Piso de la Cuarta Transformación.
Empoderar a la mujer fue parte de su discurso, porque no sólo llegó ella, sino llegaron todas. “Llegan ellas, las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si naciéramos siendo mujeres u hombres, podemos realizar nuestros sueños y deseos, sin que nuestro sexo determine nuestro destino. Llegan ellas, todas ellas, que nos pensaron libres y felices”.
Ya embestida como la primera presidenta de México que tomará las riendas del país durante los seis años de su mandato, Claudia Sheinbaum expresó en tribuna: “soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y para todas y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria”.
Desde las 9 de la mañana del pasado 1 de octubre, se instaló el Congreso General dándose cita senadores y diputados en el Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados en San Lázaro. Cada grupo parlamentario expresó sus posicionamientos en tribuna.
Desde la humillante quinta posición política en el Congreso, Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, el cuestionado y todavía no firme dirigente nacional del PRI, porque está pendiente una resolución del Tribunal Electoral para decidir si fue legal o no su reelección al frente del tricolor, se desgañitaba en tribuna alardeando que “nadie por encima de la patria, nadie por encima de la ley”, aunque está por verse si él sobrepuso sus intereses, sobre los estatutos de su propio partido.
Opacada, calladita como para verse más bonita, la oposición resignada con su minoría testimonial, llamaba a privilegiar los consensos, celebrando eso sí, la llegada de la primera presidenta de México, asumiéndose presta al diálogo y los acuerdos, pidiendo que se les escuche, cuando ellos fueron arrinconados por el electorado a su representación más baja en el Congreso de la Unión, porque no supieron o no quisieron escuchar al pueblo que los castigó con su voto.
En su turno en la tribuna, la senadora del PAN, María Guadalupe Murguía Gutiérrez, afirmó que hoy llega una mujer a la Presidencia de la República después de 71 años de ser reconocido el derecho a votar y ser votadas; por eso hoy es el tiempo de la mujer mexicana, y se espera que su llegada a la Presidencia represente mejores tiempos. Su voz se escuchó tronante: el PAN le extiende la mano la mano a la presidenta Claudia Sheinbaum, porque por encima de todo está México.
Como no se había visto en los últimos sexenios, el arribo del ahora ex presidente Andrés Manuel López Obrador, al salón de sesiones fue apoteósico. Muy lejos quedó aquel momento, cuando en aras de quererlo sacar de la elección del 2006, entró por esa misma puerta para ser desaforado por un presunto delito que le inventaron y avalaron el PRI y el PAN, que curiosamente le dio más fuerza entre la ciudadanía, por lo que el entonces presidente Vicente Fox tuvo que recular por las repercusiones nacionales e internacionales que hubiera enfrentado de habérsele impedido participar en las elecciones al tabasqueño, donde compitió en contra Felipe Calderón, quien le arrebató el triunfo por un presunto fraude electoral.
En este 2024, cuando su sexenio llegó a su fin, el tabasqueño arribó nuevamente al recinto parlamentario y entre empujones y codazos morenistas, petistas y los siempre arribistas verde-ecologistas, López Obrador tardo varios minutos para alcanzar la máxima tribuna de la nación, pues unos y otros peleaban por sacarse la selfi con el que consideran el mejor presidente que ha tenido México.
La algarabía con la que fue recibido por los legisladores de la 4 T, contrastaba con el sombrío silencio de la oposición, teniéndose que tragar todos los vituperios que hubieran querido decirle, que por lo demás resultarían inútiles, como lo fue en todo el sexenio, sin darse cuenta que entre más lo atacaban, más lo quería la mayoría del pueblo, al tiempo que bajaban estrepitosamente las preferencias del PRI, PAN y del ahora desaparecido PRD.
En tribuna, López Obrador saludó a la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Efigenia Martínez, que con sus 94 años y cilindro de oxígeno a la mano, no quiso dejar de asistir a este momento histórico para imponerle la banda presidencial a la primera presidenta de México. Tras saludar a los demás integrantes de la tribuna, el exmandatario ignoró a la presidenta de la SCJN, Norma Lucía Piña.
La oleada de selfis, abrazos y saludos continuaron para López Obrador, pues hubo que esperar un tiempo antes del arribo de la doctora Claudia Sheinbaum. Para consuelo de Norma Piña, las reducidas bancadas de panistas y priistas subieron a tribuna a abrazar y saludar a la presidenta de la SCJN, acto que ratificó su escuálida presencia en el Congreso de la Unión.
Además de la presidente de la SCJN, Norma Piña, asistieron los otros ministros del máximo órgano jurisdiccional del país, que en su mayoría se mantuvieron impávidos y con caras largas, porque saben que la Reforma Judicial va y ya es un hecho, porque de aferrarse a una inviable resolución en contra, acentuaría todavía más el repudio de la población hacia el Poder Judicial. La excepción fueron las ministras Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz que se levantaron varias veces para aplaudir las propuestas de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Contra esas caras largas por perder privilegios, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó la importancia de la reforma al Poder Judicial de la Federación, que va a democratizar la elección de jueces y magistrados.
“La reciente reforma constitucional al Poder Judicial, que marca la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros, significa más autonomía e independencia para el Poder Judicial. Piénsenlo, solo por un momento, si el objetivo hubiera sido que la presidenta controlara la Suprema Corte, hubiéramos hecho una reforma al estilo Zedillo. No. Eso es autoritarismo, nosotros somos demócratas. Queremos que se termine la corrupción en el Poder Judicial”, expresó.
Contra la inseguridad, Claudia Sheinbaum, además de mantener los programas y apoyos a los jóvenes para evitar que se conviertan en carne de cañón de la delincuencia organizada, dijo que habrá más becas y, sobre todo, consolidará los mecanismos de inteligencia para dar golpes más certeros a las bandas criminales que aquejan al país.
Una vez que la sesión solemne se dio por terminada, López Obrador le levantó la mano en señal de triunfo a la doctora Claudia Sheinbaum, después el tabasqueño abandonó el recinto, otra vez entre empellones, selfis y abrazos. Mientras que en la máxima tribuna de la nación, la presidenta era acompañada por los legisladores de la 4 T, que junto con ella miraban hacia un mejor futuro, una nueva etapa que habrá de consolidar un mejor México, más equitativo y más justo para todos.