Columna
Café con Adorno
Por Raúl Adorno Jiménez
Pese a perder en urnas, tendrá oposición más representación en Congreso
Agencia Parlamento y Debate,- Mientras que los partidos de oposición, la comentocracia y ahora el sector empresarial se unieron en coro para tratar de frenar que Morena y aliados obtengan la mayoría calificada, dejan de lado que la representación que tendrán en la Cámara de Diputados y el Senado, se debe primero al triunfo logrado por la Cuatro T en las urnas, y al rotundo fracaso de sus opositores.
Cuando se habla de que Morena y aliados sólo obtuvieron el 54 por ciento de la votación, se deja de lado que obtuvieron triunfos en 256 distritos electorales de los 300 que estaban en disputa. La Coalición Fuerza y Corazón por México apenas obtuvo el triunfo en 42 distritos electorales; mientras que Movimiento Ciudadano apenas obtuvo un triunfo y habrá una diputación independiente.
Se trata pues de una severa paliza en términos electorales que hasta hoy todavía no lo pueden creer los opositores de los partidos y la llamada comentocracia compuesta por articulistas e intelectuales, muchos de los cuales se veían beneficiados con jugosas canonjías otorgadas por las anteriores administraciones panistas y priistas.
Hoy gritan a los cuatro vientos que la sobrerrepresentación de Morena y aliados es injusta y hasta ilegal, debido a la repartición que hizo el Instituto Nacional Electoral (INE) en la distribución de curules y escaños por representación proporcional, pero no dicen nada en cuanto a los espacios que la oposición ganó gracias a la vía plurinominal.
En el caso del Partido Acción Nacional (PAN) obtuvo triunfos por mayoría relativa en 32 distritos electorales, no obstante, recibió 40 curules por representación proporcional, lo que lo deja como la tercera fuerza en la Cámara de Diputados al lograr 72 espacios por ambas vías. Aquí la pregunta sería ¿por qué los panistas tendrán 40 curules más en el Palacio Legislativo de San Lázaro si el electorado no le dio los votos suficientes para otorgárselos?
En el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) resulta más patético, porque con apenas el triunfo en las urnas en 9 distritos, se le otorgaron 26 por representación proporcional, por lo que su bancada se integraría con 35 diputaciones. Y ya ni hablar del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que apenas tendrá una representación en la Cámara Baja, sin dejar de lado que dejó de existir.
Movimiento Ciudadano que difunde promocionales alegando que no permitirá la llamada sobrerrepresentación, apenas llegará con 27 diputaciones, con un triunfo de mayoría relativa y 26 de representación proporcional. Además, habrá una diputación independiente.
En algunos casos los partidos de oposición recibieron más de la mitad de sus curules por la vía proporcional, mejor conocida como plurinominal, y todavía se quejan de que el INE no hizo bien las cuentas. Les guste o no, la repartición se hizo conforme a una fórmula legal que, de haber querido, cuando tuvieron mayoría el PRI y/o el PAN hubieran cambiado, pero no lo hicieron y ahora deben atenerse a las consecuencias.
En el Senado parece que la repartición de escaños decidida por el INE pasará sin mayores controversias con un reparto donde Morena tendrá 60 senadores; PVEM 14, y PT 9, para un total de 83 escaños, quedándose a dos de obtener la mayoría calificada; el PAN quedó en 22; el PRI en 16; PRD logró 2 y MC 5, éste último con la sorpresa de que no logró un espacio para el sempiterno líder y dueño de este partido Dante Delgado.
Existe la posibilidad de que el Senado pudiera convertirse en una piedra en el camino para que Morena y aliados alcanzaran esa preciada mayoría calificada, aunque están los dos senadores del PRD y los siempre prestos del PRI que pudieran dar su brazo a torcer para lograr las dos terceras partes que se requieren para realizar los cambios constitucionales que promueva la Cuarta Transformación y consolidar el llamado Plan C.
Como muchos sabemos, todavía están discutiéndose en comisiones diversas iniciativas de reformas constitucionales que promovió el presidente Andrés Manuel López Obrador, que ya están siendo aprobadas para que, al iniciar la próxima legislatura, el pleno camaral pueda aprobarlas por la mayoría calificada.
Tocará en su momento a la presidenta Claudia Sheinbaum, una vez que asuma el cargo en octubre próximo, promover las reformas constitucionales que considere pertinentes para mejorar las condiciones de las mayorías del país, siempre con la premisa de que, por el Bien de todos, primero los pobres.
Cabe mencionar que ni Vicente Fox ni Felipe Calderón lograron esa mayoría calificada con la que seguramente hubieran hecho cambios que habrían atentado contra la soberanía nacional, entregándose nuestra riqueza nacional a intereses privados y, en muchos casos, a extranjeros, como de hecho se estaba haciendo en el sector energético y la minería.
Con el priista Enrique Peña Nieto fue otro cantar, porque con la mayoría calificada lograda al unir fuerzas el PRI y el PAN se realizaron reformas que iban en contra de la mayoría de los mexicanos, como el quitar la etiqueta de empresas estratégicas a Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad con la finalidad de desaparecerlas y dejarles un jugoso negocio a la iniciativa privada.
Contrario a lo anterior, Claudia Sheinbaum contará con una mayoría calificada que le otorga toda la facultad de hacer los cambios constitucionales que considere pertinentes, pero eso también conlleva a una gran responsabilidad, pues deberá mantenerse la visión nacionalista que proteja los intereses de la mayoría de mexicanas y mexicanos.
Esperemos que su compromiso de izquierda de toda su vida, se refleje precisamente en recuperar el espíritu social que en su origen tuvo al Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
