Columna
Café con Adorno
Por Raúl Adorno Jiménez
Urge reformar al Poder Judicial
Agencia Parlamento y Debate.- (19-ago-2024) Hablar de independencia del Poder Judicial y defenderla casi a gritos despavoridos porque, según los críticos, la reforma que permitirá nombrar a jueces, ministros y magistrados por medio del voto popular, terminará con la supuesta división de poderes.
La propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador impulsa la elección por voto popular de los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPFJ), de un nuevo Tribunal de Disciplina Judicial y, en general, de todos los jueces de distrito y magistrados de circuito del país.
Se trata de una iniciativa para nombrar mil 688 cargos que se elegirían por votación, habría que dividirlo porque 21 serían a nivel federal y el resto se repartirían por estados.
Al TEPJF se le dará otro trato, pues actualmente está dividida en dos niveles: la Sala Superior y salas regionales, de tal manera que mantendría su número actual de magistrados: 7 y 18 respectivamente, pero su mandato se reduciría de nueve años que tienen actualmente a sólo 6.
La historia nos dice que la disque independencia era una mera falacia, porque los ministros que conformaban la SCJN siempre actuaron conforme a las órdenes del presidente en turno, pues no hay que olvidar que eran propuestos por el titular del Ejecutivo Federal, y aunque tenían que ser ratificados por las dos terceras partes del Poder Legislativo, su nombramiento se hacía por consigna.
Lo ministros se debían al poder presidencial y siempre actuaban en consecuencia. Fue hasta la época del presidente López Obrador, que mostraron cierta independencia o, más bien, resistencia a las reformas que promovía el Poder Ejecutivo, lo que evidenció que los miembros del Poder Judicial sólo actuaban para proteger intereses privados que nada tenían que ver con el interés general de la sociedad mexicana.
La reforma promovida por el presidente López Obrador propone la renovación de todos los ministros de la SCJN, así como reducir su número al pasar de 11 a sólo 9 ministros. Habría que preguntarse ¿quién está dispuesto a defender que no se borren de la lista a dos ministros? ¿Por qué habría que salvar la cabeza de esas figuras tan apartadas de la sociedad o del pueblo?
A quienes defienden a la actual estructura del Poder Judicial, supongo que están conscientes de que se requiere una reforma a fondo en la materia, porque es insostenible que siga prevaleciendo la corrupción, porque con sus posibles salvedades, es visible que jueces y ministros sólo se dedicaban a salvaguardar los intereses de unos cuantos, con dinero por supuesto, pero eso está muy lejos de una verdadera impartición de justicia.
La mayoría de resoluciones que a diario emiten ministros, magistrados y jueces favorecen más a quienes tienen poder e influencias y no a demandas justas de los ciudadanos. Dicha situación se vive en todos los niveles del Poder Judicial, desde la Suprema Corte, hasta los tribunales colegiados y en los juzgados de distrito.
Hay quienes sostienen que el Poder Judicial es conservador por antonomasia, lo que se ratifica con la realidad que vivimos, pues mientras desde los poderes Ejecutivo y Legislativo se están impulsando importantes cambios para garantizar la justicia social, los jueces y ministros no han estado a la altura de esa transición democrática que hoy demanda el país. Hoy se quejan de que quieren violentarlos, pero desde siempre estuvieron cerrados al diálogo y las negociaciones.
Se sentían un poder intocable e incluso se portaron soberbios frente al presidente López Obrador cerrándole el paso a diversas iniciativas que tenían como propósito rescatar la soberanía nacional en materia energética, pero no sólo se opusieron a cualquier cambio, sino que incluso dieron marcha atrás a las reformas que ya habían sido aprobadas por el Poder Legislativo, bajo el pretexto de que se atentaba contra la libre competencia, es decir, argumentaron que dichas reformas se oponían a las reglas del libre mercado, que sólo generó más pobreza y desigualdad entre los mexicanos, durante toda la etapa neoliberal que padecimos por más de 35 años.
La elección de jueces, ministros y magistrados será una realidad si Morena y aliados logran conjuntar la mayoría calificada que se necesita tanto en el Senado, como es la Cámara de Diputados, todo hace pensar que así será si se aplica al pie de la letra el articulo 54 de la Constitución que deja muy claro que ningún partido podrá exceder el 8 por ciento de sobrerrepresentación, nunca se habla de coalición.
Podremos estar de acuerdo o no de que con la elección popular de jueces, ministros y magistrados se resolverán los graves problemas que enfrente el Poder Judicial en cuanto a la impartición de justicia, pero definitivamente no puede seguir como está el sistema de impartición de justicia que hoy impera en México.
