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Oposición: oídos sordos frente a paliza electoral

Columna

Café con Adorno

Por Raúl Adorno Jiménez


Oposición: oídos sordos frente a paliza electoral


 

Café con Adorno Raúl Adorno JIménez
Café con Adorno Raúl Adorno Jiménez

 

Agencia Parlamento y Debate.- La oposición en México parece que “no entiende que no entiende”, porque mientras el electorado le mandó un mensaje muy claro de rechazo a la alianza impresentable y desarticulada del PAN, PRI y PRD, donde pretendieron unir el agua con el aceite, ahora hacen oídos sordos y cierran los ojos ante una realidad que les exige mayor autocrítica, y en lugar de mirar hacia adentro para revisar en qué fallaron, pretenden iniciar una batalla legal contra los resultados electorales del pasado 2 de junio, encabezada  por el dirigente del blanquiazul, Marko Cortés, que seguramente no los llevará a ningún lado.

 

Pero las acciones legales que emprenderá el líder nacional panista, más bien parecen patadas de ahogado, después de la tremenda paliza que les dio Morena y sus aliados, aunque también podría ser una estrategia para desviar la atención de sus correligionarios, para lograr que su grupo pueda mantenerse en la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), al pretender heredar la presidencia de ese partido al diputado federal Jorge Romero, a quien analistas y reportes periodísticos señalan como quien encabeza a lo que Morena denomina el cártel inmobiliario.

 

Marko Cortés debería primero tener memoria y recordar que en su momento Germán Martínez Cázares, cuando encabezaba la dirigencia nacional panista, como un acto de dignidad y autocrítica renunció al cargo por los resultados desfavorables que tuvo su partido el 6 de julio de 2009. Aunque también hay que decirlo, esa actitud del actual senador no lo exime de los pasitos para adelante y luego para atrás, pues después de renunciar al PAN tras 30 años de militancia, terminó siendo senador por Morena en 2018.

 

Hay que mencionar también que una vez que llegó a la presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador, el senador Martínez Cázares fue nombrado director del IMSS, cargo al que renunció apenas a unos meses después de haberlo ocupado, para retomar su escaño en el Senado.

 

El ahora senador “independiente” dio a conocer en su momento su renuncia al IMSS a través de una carta expresando su desacuerdo con la política  promovida desde la Secretaría de Hacienda que supuestamente significaba graves recortes de personal y una agresiva política de ahorros en el organismo.

 

Pero lo de Germán Martínez es otra historia, pues basta mencionar que desde la tribuna del Senado no sólo se convirtió en un feroz crítico de Morena, la 4 T y del propio presidente López Obrador, sino que fue uno de los promotores más entusiastas de la fallida candidatura de Xóchitl Gálvez, tirándose al piso por apoyar la coalición de la derecha promovida por el empresario Claudio X. González, lo que hace del legislador un verdadero saltimbanqui de la política, pero como dije, esa es otra historia.

 

Volviendo al caso de Marko Cortés, no sólo se niega a escuchar al electorado que se expresó de manera contundente a favor de Morena y de la ahora presidenta virtual Claudia Sheinbaum, sino que incluso rechaza las voces al interior del PAN que no le piden, sino que le exigen que debería hacerse a un lado de la dirigencia nacional y sacar las manos para evitar que el blanquiazul siga en poder de quienes tanto daño le han hecho, como es el caso de los llamados “padroneros”, tal como los califican ex gobernadores emanados de ese partido.

 

Si tuviera dignidad, Cortés no sólo debería renunciar a la dirigencia nacional del PAN, sino dejar su escaño en el Senado de la República, porque fue precisamente su agandalle, como pasó con los dirigentes del PRI y el PRD, que al postularse en los primeros lugares plurinominales para asegurar su lugar en el Congreso, generó la animadversión de propios y extraños, contribuyéndose con ello a la derrota de la Alianza Fuerza y Corazón por México.

 

Sería bueno que Marko Cortés aprendiera también de la posición del presidente francés Emmanuel Macron, quien ante la derrota que sufrió en las elecciones al Parlamento Europeo por parte del partido de extrema derecha de Marine Le Pen, no se puso a buscar culpables y admitió su responsabilidad en el fracaso de su alianza en dichas elecciones, por lo que reconoció que su gobierno no dio las respuestas satisfactoria a las inquietudes de los ciudadanos, particularmente en el medio rural o en el acceso de los jóvenes a la vivienda.

 

El mandatario de Francia expresó que ante la derrota y el avance de la extrema derecha, simplemente no podía actuar como si no hubiera pasado nada, por lo que planteó lo que consideró es la dirección correcta para la nación. “He escuchado su mensaje, sus preocupaciones, y no las dejaré sin respuesta», comentó. Por lo que decidió  disolver la Asamblea Nacional y convocó a elecciones para un nuevo parlamento.

 

Sin duda, se me puede acusar de hacer una mala comparación, pero ¿resultará muy difícil para Marko Cortés reconocer que se equivocó en sus decisiones? Como aliarse con sus enemigos históricos del PRI y el PRD con miras a ganar una elección, cuando no se tenía claridad de hacia dónde iría esa mescolanza de coalición.

 

¿Será muy difícil para el dirigente nacional panista escuchar el mansaje del pueblo mexicano que simplemente le dijo NO a una coalición de chile, mole y pozole? Que además se la pasó toda la campaña atacando una y otra vez al presidente Andrés Manuel López Obrador, sin hacer propuestas concretas  como alternativas a lo hecho hasta ahora por el primer mandatario.

 

Por el contrario, a lo único que le apostaron es a tomar como suya, la bandera de la defensa a los programas sociales, lo que avaló todavía más la gestión del tabasqueño, porque les guste o no, AMLO fue el artífice de implementar la política social más exitosa de los últimos 30 años, porque como mucha gente lo afirma, esos programas salen de nuestros impuestos, pero la situación aquí es que antes esos impuestos sólo sirvieron para concentrar riquezas, forjar un país cada vez más inequitativo y que finalmente sólo se convirtió en una fábrica de hacer más pobres.

 

Esta dinámica de autocrítica debería asumirla también Alejandro Moreno (Alito), dirigente nacional del PRI, pero para Marko Cortés resulta un compromiso imprescindible  porque el PAN, aunque seriamente disminuido, seguirá siendo la segunda fuerza política  más importante en nuestro país, que requiere una oposición responsable de sus hechos, capaz de ejercer una autocrítica a fondo que le permia descifrar sus errores y vicios para poder superarlos e iniciar con la construcción de una propuesta que pueda generar algún interés entre los mexicanos, aunque habría que preguntarse si Marko Cortés está a la altura de lo que se requiere para tener una oposición no sólo capaz de realizar una crítica a las acciones del gobierno de Claudia Sheinbaum que está por iniciar, sino que tenga propuestas concretas y positivas que aporten para la edificación de una mejor nación.

 

 

 

 

Un comentario

  1. Así es y estoy totalmente de acuerdo en que de inicio reconozcan la supremacía del pueblo de México y segundo una autocrítica no les caería nada mal 💔🙈

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