Columna
Café con Adorno
Por Raúl Adorno Jiménez
El Congreso de la Unión será el verdadero campo de batalla electoral
Agencia Parlamento y Debate: Pese a los sueños guajiros y las encuestas a modo de la candidata de la derecha, o como ella dice, del PAN, PRI y los residuos del PRD, Xóchitl Gálvez, que según ella la ponen a la par que la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, la realidad es que la derecha ya tiró la toalla y dio por perdida la elección a la Presidencia de la República
La hidalguense sustenta sus dichos en sus encuestas hechizas que van en contracorriente de lo que dicen la mayoría de las encuestas serías, que ponen a la cabeza y por mucho a la abanderada morenista, y es por eso que las baterías de los partidos que candidatearon a Xóchitl, ahora están enfocadas a ganar lo más que se pueda en el Congreso de la Unión, es decir, el Senado y la Cámara de Diputados federal.
Porque está más que visto, incluso encuestas publicadas por el periódico Reforma, medio particularmente crítico con la administración de AMLO, hoy le dan el triunfo a Sheinbaum e incluso dieron a conocer casos específicos de Jalisco y Nuevo León, estados tradicionalmente panistas, y hoy ponen a Xóchitl Gálvez en empate técnico pero con Máynez.
Sin duda, habrá batallas feroces también en los estados donde se elegirá gobernador, donde varios ejecutivos estatales dejaron mucho que desear y quedaron muy por debajo de las expectativas que generaron cuando compitieron en el 2018 arropados por la ola lopezobradorista que fue fundamental para que obtuvieran el triunfo en sus localidades.
Ahora su trabajo quedará bajo el escrutinio de la ciudadanía que al momento de votar también calificará de bien o mal el trabajo que realizó por el gobernador saliente, lo que sin duda le generará dolores de cabeza a algunos aspirantes a gobernar la entidades que tendrán cambio de administración, y un ejemplo de ello es el estado de Morelos, que literalmente gobernó con las patas el ex futbolista americanista Cuauhtémoc Blanco.
Pero regresando al tema de la composición del Congreso de la Unión, sin duda será el verdadero campo de batalla, porque de acuerdo al peso que tenga Morena y sus aliados, o en contraparte el que pudiera alcanzar la oposición, es como se podría tener gobernabilidad o no para la próxima administración pública federal, que muy probablemente encabezará Claudia Sheinbaum.
Alcanzar las dos terceras partes en la Cámara de Diputados y el Senado sería un triunfo para Morena y aliados, cosa que de verdad se ve muy difícil, no sólo por la alta competitividad que pudieran tener los candidatos de los distintos partidos, sino porque a nivel local en varios estados en disputa, Morena no tuvo los mismos resultados que a nivel federal, ni los gobernadores salientes gozan de la aceptación que hoy tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lograr la mayoría calificada de Morena en ambas cámaras sería lo ideal porque transitarían sin mayor problema las reformas constitucionales que impulsaría Sheinbaum, para que como ella dice, poder seguir construyendo el segundo piso de la trasnformación.
Sin embargo, tener un Congreso más plural, no quisiera decir contrario, abriría más espacio para hacer política, para dialogar y llegar acuerdos, eso sí, siempre a favor de la mayoría del pueblo de México. No se valdrían los acuerdos en lo oscurito, sino el debate abierto y público que nos gustaría ver a todos los mexicanos.
Insistiría que tener un Congreso de la Unión amigo del Poder Ejecutivo, posiblemente sería lo mejor para México, pero tampoco debemos espantarnos si el electorado decide dividir su voto dándole el triunfo a Sheinbaum para la Presidencia de la República, pero al mismo tiempo apostar por un Congreso plural, que antes que convertirse en un dique para el desarrollo del país, debería representar un apoyo para construir los mejores consensos para mejorar la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos.
En todo caso lo que deberíamos esperar es que haya más política, mucha política y política de la buena, de acuerdos y consensos a favor de México.
Cambiando de tema, parece que a los panistas, particularmente los que han gobernado la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, se les revierten los casos cada vez que hay alguna calamidad o tragedia en esa demarcación chilanga, porque al igual que sucedió con la explosión que se dio en un edificio y que sacaron a relucir graves anomalías en la construcción de inmuebles, principalmente la autorización de pisos que excedían por mucho las normas de contracción, ahora pasa lo mismo, con el problema del agua contaminada que se dio en esa zona capitalina.
Porque tal como lo sostiene Inti Muñoz, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, en este momento se están investigando nuevas denuncias ciudadanas y vecinales que de proceder nuevamente dejarían al descubierto edificaciones de inmuebles irregulares.
Están en la mira tres casos más que podrían aumentar la conclusión de que se trata de un modus operandi, en el cual funcionarios de la alcaldía Benito Juárez por omisión, por negligencia o por complicidad permitieron una actividad constructiva irregular absolutamente anómala.
Y luego se enojan porque se habla del cártel inmobiliario, que presuntamente encabeza el actual coordinador de los panistas en la Cámara Baja, Jorge Romero, quien hoy aspira a dirigir a Acción Nacional, partido que habrá de renovar dirigencia nacional, que pronto dejará Marko Cortés, quien agarrará hueso y fuero, al ir a la segura como senador de la República.
Por cierto, la dirigencia de Morena ya se tardó en reclamar al INE de que permita que Xóchitl siga llamando narcocandidata a Claudia Sheinbaum, pues al igual que el alegato del cártel inmobiliario, la candidata de la derecha lo hace sin tener una sola prueba y sin que exista investigación alguna al respecto.
