* La oposición está en la disyuntiva de respetar la ley o violarla
Columna Sótano 2
Por Víctor Godinez Torres
Cuidad de México, 15-jun-2023 (Agencia Parlamento y Debate).- Las artimañas utilizadas por Morena para violar la Ley Electoral, pueden ser la bandera que legitime la campaña presidencial de la oposición y a su candidato.
Mientras el partido oficialista seguirá las reglas dictadas por su verdadero dirigente nacional como es el presidente Andrés Manuel López Obrador, para elegir de manera camuflageada s su candidato a la primera magistratura del país, el PAN, PRI, PRD y las organizaciones civiles, pueden respetar la citada ley.
Para los ojos de todos, menos para los seguidores y simpatizantes del movimiento guinda, claro está, el designar a su coordinador o coordinadora nacional de la defensa de la transformación (así le llaman a la candidatura presidencial), es una flagrante violación electoral o una chicanada.
De acuerdo a las autoridades del ramo las campañas para presidente de la República, deben empezar la tercera semana del próximo mes de noviembre; pero Morena recurrió a la figura jurídica arriba señalada, permitida en sus estatutos para darle la vuelta a la ley electoral.
Este recurso legal o ilegal, es analizado por el Tribunal Federal Electoral, cuyos magistrados darán su veredicto en los próximos días, pues los morenistas aseguran no violentar ninguna ley.
Con ello, los partidos de oposición junto con la sociedad civil, están en la disyuntiva de seguir el mismo juego de las cinco corcholatas de López Obrador (Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña), es decir, violar la Ley Electoral.
Pero también pueden actuar como respetuosos de la misma y apegados a derecho, al cumplir con lo establecido, o sea, iniciar su campaña hasta la tercera semana de noviembre.
Si lo hace dará ventaja al candidato de Palacio Nacional, quien llevaría cinco meses recorriendo el territorio nacional, pero podrá enarbolar la bandera de la legalidad a diferencia de Morena y del jefe del Ejecutivo Federal que se la pasan diciendo «que no les vengan con el cuento de que la ley es la ley», para violarla a su antojo.
Otra argucia legaloide es la falta de una rendición de cuentas, de los recursos que gasten las cinco corcholatas, ya que no habrá ninguna auditoría o fiscalización de los mismos, a fin de no decirle al INE de dónde salieron esos dineros y en qué se gastaron.
De ahí, que la dirigencia nacional de Morena, no aportará ningun peso de sus prerrogativas o de lo contrario tendría que rendirle cuentas a las autoridades electorales.
Y todo esto, debido a que las cláusulas que regirán la convocatoria morenista son meramente declaratorias, es decir, no hay sanciones, ni responsabilidad alguna para quien las viole.
Así se las gasta Morena, cuyo movimiento se dice democrático y respetuoso del estado de derecho.