Que no le digan…
La cara de Jesús Zambrano
Por Mario A. Medina
Ciudad de México, 15-ene-2023 (Agencia Parlamento y Debate).- Cuando el presidente nacional del PAN, Marko, el gris, Cortés, anunciaba que los procesos electorales en Coahuila y el Estado de México de la coalición “Va por México” en este 2023 serán conducidos por el PRI; es decir, en pocas palabras, que el partido tricolor pondrá a los candidatos, Manolo Jiménez y Alejandra del Moral, mientras que el blanquiazul determinará a los aspirantes a la Presidencia de la República y a la Jefatura de Gobierno de la CDMX en el 2024, el rostro Jesús Zambrano se mostraba serio, desencajado, como, sí, “encabronado”.
A su lado, Alejandro Moreno, el presidente nacional del PRI y el propio Cortés. Atrás de él varias decenas de priístas y panistas felices: las “nomenklaturas”. El legendario “Tragabalas”, el guerrillero de los 70, prácticamente no aplaudía, si acaso mostraba una sonrisa fingida y levantaba su pulgar para la foto o hacía la “V” de la victoria, pero a fuerzas.
Era el anuncio de la “reconciliación”, el “relanzamiento” de la alianza “Va por México”, la que como buen matrimonio, habían tenido varios “pleitos” y buenos “agarrones” por las “infidelidades” de Alito, a quien el gris Cortés y Zambrano lo llegaron a llamar “traicionero”.
Uno y otro, prácticamente, habían declarado: “nada con Alito”.
El “divorcio” se venía venir desde aquel 15 de septiembre pasado en la toma de protesta del gobernador de Durango, el priísta, Esteban Villegas, postulado por la coalición Va por México.
Marko, el gris, Cortés no saludó a Moreno. En octubre Zambrano pedía otro interlocutor por parte del PRI. “Se ha roto la confianza” en el dirigente priísta, acusaba.
Meses antes, el ex guerrillero se mostraba ufano, contento por el matrimonio que se había firmado, hacía un rato, entre el perredismo y el panismo. Vivían su luna de miel, “hasta que la muerte los separe”. La alianza con el PRI de Alito, no tenía futuro.
Tras el anuncio oficial del relanzamiento de la alianza opositora, frente a decenas de reporteros, fotógrafos y camarógrafos en un hotel de la CDMX, en privado, los dirigentes fueron a festejar. El reportero de Reforma, Mayolo López, dio cuenta en su crónica del viernes, de lo “notorio” de la molestia del perredista, quien le dijo: “A nuestro juicio sería un grave error estratégico que los partidos quieran asumir la potestad exclusiva de decidir y de imponer la candidatura presidencial”.
Mayolo relató que el gris Cortés y Moreno, “se encerraron en un salón más pequeño para festejar el acuerdo. Zambrano mascullaba su malestar”, porque una candidatura tan importante como la presidencial “la decidan solamente como un reparto de cuotas de poder las cúpulas partidistas”, comentó al reportero. “De ninguna manera voy a compartir este acuerdo”, advirtió horas después durante una entrevista radiofónica.
Varias décadas atrás, desde la izquierda, se honraba a Zambrano por su participación en la guerrilla y se mencionaba la cicatriz que una bala le había dejado en su rostro. Era un hombre, un símbolo respetado por su lucha, por su formación ideológica. Hoy muchos lamentan su alianza con la derecha, la renuncia del PRD a su filiación de izquierda, “siendo chucho Zambrano presidente del partido”.
Un amigo que militó en el PRD me dijo recientemente que es entendible que muchos puedan tener diferencias con Andrés Manuel López Obrador, “no solo por sus formas sino porque muchas veces impone su verdad”; que hay cosas que no le me gustan de AMLO, “pero de ahí a ser peón de la derecha, hay mucha diferencia”.
Detalló que le da pena que alguien que viene de la izquierda como Zambrano y como muchos de quienes aún permanecen el PRD –que como partido tiene antecedentes históricos en organizaciones como el Partido Comunista Mexicano (PCM), el Socialista Unificado de México (PSUM), el Mexicano Socialista (PMS) o el Mexicano de los Trabajadores (PMT)-, se hayan aliado a la derecha partidista y convertido en peones del conservadurismo empresarial, pero peor aún, que a pesar de esa historia, el PRD hoy sólo sea el cabús despreciado de la derecha”.
Pregunté a otro que dejó hace rato al PRD. ¿Qué te dice el rostro de Chucho Zambrano y sus declaraciones?: “Mira, no sé, pero su cara para mí no muestra su molestia porque el reparto de cuotas lo decidan las cúpulas partidistas, porque ellos, ´Los Chuchos´, siempre lo han hecho así, es una práctica que siempre la han practicado; más bien, su cara, me dice que la cúpula perredista está molesta porque sólo les dejaron migajas. (…). Pero qué pueden reclamar si el PRD hoy son unos cuantos”.
En una entrevista con El Heraldo televisión, Jesús Zambrano, provocó que de los monitores de TV, salieran como chispas, “emojis”, caritas amarillas, burlándose, muertas de la risa. Es que dijo: “Si el PRD no participa, difícilmente ganará la coalición en 2024 (…), pues la exclusión “no es la mejor decisión”, envió un mensaje al prianismo.
Pregunté a otros lo mismo. Las respuestas fueron variadas, pero también coincidentes: “Da pena”, “tristeza”, “rabia”, “lamentable”, “encabrona”, “vergüenza”, “cinismo”. Uno fue contundente. “Mira, sin más vuelta, le vieron la cara, pobre cabrón”.
Que no le cuenten…
Alerta Haver: Nombre: Partido de la Revolución Democrática (PRD). Edad 33 años. Nacionalidad: Mexicana. Hechos: Se encuentra extraviado. Color: Aun amarillo con resplandores. Estatura: Se hizo pequeñito. Peso: casi cero.