
* Monreal atraviesa por su peor momento como legislador en estos últimos cinco años, pero prefiere no ser o hacer nada, antes que traicionar al presidente Andrés Manuel López Obrador
Por Víctor Godinez Torres
Ciudad de México, 09-may-2023 (Agencia Parlamento y Debate).- Tras el pasado viernes negro como así fue denominado por la oposición en el Senado de la República, cuando se aprobaron alrededor de 20 iniciativas y reformas procedentes de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal se quedó con poco o nulo margen de maniobra para dialogar con las bancadas del PAN, PRI, PRD, MC y Grupo Plural.
En sus recientes encuentros con la prensa, el coordinador de la Junta de Coordinación Política, ha reconocido que será difícil restablecer las conversaciones y negociaciones con su contrapartes.
Incluso, ha llegado a decir que atraviesa por su peor momento como legislador, en estos últimos cinco años, pero que prefiere no ser o hacer nada, antes que traicionar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Estas palabras calaron en lo más profundo de varios senadores opositores, quienes ya de por sí, no confiaban mucho en él, pues lo consideraban El Caballo de Troya, de Palacio Nacional.
¿Y por qué estas desconfianza? Simple y sencillamente porque por un lado aparentemente realizaba sus mejores oficios para sacar adelante las iniciativas en favor de las mayorías.
Sin embargo, no tenía el control, ni el reconocimiento de algunos de ellos, lo cual quedaba demostrado al término de una votación, sobre algún tema trascendente para la vida política del país, como el asunto del INAI, el Plan B de las reformas electorales enviadas por el jefe del Ejecutivo Federal, entre otros.
Este escenario que se repitió en muchas ocasiones, durante los últimos meses del periodo legislativo, el cual concluyó el pasado 30 de abril, y dejó a Ricardo Monreal muy mal parado en la Cámara Alta, en donde para los coordinadores parlamentarios del Bloque Opositor, la confianza se rompieron.
Incluso, algunos de ellos han comenzado a revivir las palabras de la profesora Elba Esther Gordillo, cuando tuvo sus diferencias con Roberto Madrazo, entonces presidente del PRI: “Tu le crees a Madrazo, yo tampoco”.
Ahora dicen en privado: “Tu le crees a Monreal, yo tampoco”, que bien pudieran ser el epitafio de la tumba política del senador zacatecano. Usted qué piensa.